Hay recetas que saben a cocina tradicional y a tapeo de siempre, y los riñones de cordero a la plancha son una de ellas.
Este plato, sencillo y rápido de preparar, es perfecto para quienes disfrutan de la casquería con ese punto jugoso y lleno de sabor que la caracteriza. Se convierte en una opción estupenda para improvisar un aperitivo en casa con amigos o para darle un toque distinto a la cena de entre semana.
Para que esta receta quede perfecta, lo más importante es partir de un producto fresco y de buena calidad. Conviene pedir al carnicero riñones bien limpios y, una vez en casa, retirar la grasa exterior antes de cocinarlos.
Si los marinas con aceite de oliva, ajo, sal y pimienta durante media hora, el resultado será todavía más sabroso. Otra idea es añadir hierbas aromáticas como romero o tomillo, que combinan muy bien con el cordero.
Los riñones de cordero son una fuente interesante de proteínas de alta calidad y aportan vitaminas del grupo B, fundamentales para mantener la energía y favorecer el buen funcionamiento del sistema nervioso.
También contienen hierro, ideal para prevenir la anemia, y fósforo, que ayuda a mantener los huesos fuertes. Cocinados a la plancha con poco aceite, se convierten en un plato saludable, lleno de sabor y con un aporte moderado de calorías.
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Plancha de asar antiadherente
Fabricada en aluminio fundido, apta para todo tipo de cocinas, incluidas las de inducción.
Apto para horno hasta 220ºC
Cómo preparar riñones de cordero a la plancha. Sigue paso a paso la receta de este aperitivo fácil y rápido de preparar.
Empieza limpiando bien los riñones, retirando la grasa exterior y abriéndolos por la mitad. Pela los ajos y pícalos muy finos, al igual que el perejil. Resérvalos.
Sazona los riñones con sal y pimienta al gusto.
Calienta la plancha a fuego fuerte y añade un poco de aceite de oliva.
Incorpora los riñones y dales un golpe de calor rápido, unos 2 minutos por cada lado, hasta que se doren.
Justo al darles la vuelta, añade el ajo picado, el perejil y un chorrito de vinagre para que se impregnen bien de sabor.
Cocina un minuto más, lo justo para que los aromas se mezclen sin que el ajo se queme.