La mayonesa de gambas es una de esas salsas que sorprenden por su sencillez y su intenso sabor a mar. Cremosa, suave y con un delicado tono naranja, resulta ideal para dar un toque especial a ensaladas, pescados fríos, tostas y aperitivos.
Es perfecta para días de celebración en los que quieres ofrecer algo distinto pero sin complicaciones.
Además, al prepararla con un aceite infusionado de gambas, el resultado es una mayonesa casera llena de matices que puedes presentar en una mesa festiva junto a unos buenos langostinos cocidos o un pastel de pescado.
El secreto de esta receta está en la calidad de las gambas y en la frescura del huevo. Si usas gambas frescas para infusionar el aceite, conseguirás un sabor mucho más intenso y natural.
Recuerda que el aceite debe estar bien colado antes de usarlo para evitar restos que puedan estropear la textura.
Si prefieres una versión más ligera, puedes reducir la cantidad de aceite infusionado y aumentar el de girasol para suavizar el sabor.
Otra idea es añadir unas gotas de limón para darle un toque de frescura extra. Conserva la mayonesa siempre en frío y consúmela en el mismo día de su preparación para disfrutarla con toda seguridad.
La mayonesa de gambas, preparada en casa, aporta proteínas de calidad gracias al huevo y al aceite infusionado con marisco. El aceite de girasol es fuente de vitamina E y ácidos grasos esenciales, mientras que las gambas enriquecen la salsa con minerales como el zinc y el fósforo, fundamentales para mantener la energía.
Aunque es una salsa que debe disfrutarse con moderación, resulta una opción más saludable que las versiones industriales, ya que controlamos tanto la calidad de los ingredientes como la ausencia de aditivos.
Si te ha gustado esta salsa, seguro que te apetecerá acompañarla con un delicioso Pastel de merluza o para acompañar un aperitivo clásico como las Gambas al ajillo, dos recetas que combinan a la perfección con la mayonesa de gambas.
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Casca el huevo y ponlo en el vaso de la batidora junto con una pizca de sal.
Añade los 100 ml de aceite de girasol y los 100 ml de aceite infusionado con gambas.
Introduce la batidora de mano en el fondo del vaso y comienza a batir sin moverla hasta que la mezcla empiece a emulsionar.
Cuando notes que la mayonesa ha tomado cuerpo, mueve la batidora suavemente de abajo hacia arriba hasta obtener una textura cremosa y homogénea.
Prueba y rectifica de sal si lo consideras necesario. Guarda en frío hasta el momento de servir.