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Seis cervezas para Marta, mi regalo personalizado

Seis cervezas para Marta

Sentada en la terraza de un bar junto a mi amiga Marta, comentábamos entre risas algunos de los buenos momentos que hemos pasado juntas, y como la cerveza siempre ha estado presente en la mayoría de ellos.

Marta es una apasionada del buen comer, y si es acompañado de un excelente vino o cerveza, todavía mejor.

Siempre está a la última en tendencias culinarias, productos gourmet y restaurantes de moda. Cuando vas a su casa siempre tiene algún “juguete” nuevo en la cocina para enseñarte. Desde una tetera para hacer un ponche alemán de nombre impronunciable, hasta un cortador de sandía en cuadraditos.

Pero su verdadera vocación es el mundo de la cerveza. Los diferentes estilos, sus ingredientes, procesos de elaboración; puede pasar horas hablando sobre cervezas artesanales o las marcas que están de moda. Seguro que habéis leído algún artículo suyo en la sección gastronómica de algún periódico, o la habéis escuchado en la radio hablando de maridajes o nuevas promesas de la cocina. Pero yo sé algo acerca de Marta que seguro os sorprenderá, os contaré un secreto, yo estaba el día en que probó su primera cerveza….

Fue una tarde de verano, estábamos en su casa huyendo del calor y su hermano mayor había comprado un arsenal de cerveza para llevar a una fiesta esa noche. Marta vio enseguida la oportunidad, pensó que su hermano no notaría la falta de una lata.

Fue emocionante probar nuestra primera cerveza a escondidas, como un pequeño acto de rebeldía; abrimos la lata con cuidado y levantamos las miradas con una sonrisa nerviosa. Marta fue la primera en probar, con el primer sorbo pude ver como fruncía las cejas y apretaba los labios. Luego fue mi turno, me supo amarga y desagradable,  algo muy diferente a lo que había imaginado. Nos miramos con cara de decepción y decidimos que lo nuestro era la Coca-Cola light.

Por suerte con los años fuimos apreciando los sabores y matices de una buna cerveza, se convirtió en el hilo conductor de todas nuestras celebraciones. En cada cumpleaños íbamos juntas a nuestro bar preferido para disfrutar de unas jarras bien frías. Si no podíamos, no importaba lo lejos que estuviéramos, siempre lo celebrábamos brindando con el teléfono en una mano y una cerveza en la otra.

Una tarde de abril, Marta me sorprendió invitándome a una cata de cervezas artesanales. Entre muestras y explicaciones sobre los diferentes estilos de cerveza, me anunció su compromiso de boda con Manuel, novio desde que eran niños. El escenario para compartir la noticia no podía ser mejor, un lugar acorde con nuestra amistad. Entre risas y lágrimas de alegría brindamos por esa nueva etapa de su vida.

Fue un año de preparativos, el vestido, los invitados, las invitaciones, el banquete… Quería hacer algo especial para ella, y no podía ser de otra manera que con algo relacionado con la cerveza. Para nosotras había sido el nexo de unión de innumerables risas, confidencias y momentos inolvidables.

No quería que fuese una noche en el bar de siempre, ni un pack de cervezas artesanas de los que habíamos degustado con anterioridad. Tenía que estar a la altura de Marta, ser un detalle original, único y memorable que siempre recordara.

Un día en el chat de Whatsapp del cole, hervidero de consejos y chismorreo a partes iguales, alguien comentó que en la última boda a la que había asistido por fin se había librado del típico abanico como obsequio,  habían regalado a los invitados como recuerdo una cerveza personalizada con la foto de los novios, y una nota que decía: Que cada sorbo se convierta en un brindis por este momento tan especial.

La idea me encantó, entré en la web que me recomendaron y allí descubrí todas las posibilidades que me ofrecían. Desayunos, cestas regalo, flores y por supuesto su bebida preferida; así surgió “Seis cervezas para Marta” mi regalo personalizado.

Los seis últimos meses antes de una boda pueden ser estresantes, la novia necesita el apoyo (y distracción) de sus amigas, aunque el 90% de la conversación con ella sea sobre si “ese día” lloverá. Por eso en la primera semana de cada uno de esos meses hacía un pedido de d0s cervezas con diseño propio que llegaban a casa de Marta. Incluían fotos que para ella habían sido importantes y estaban acompañadas de un emotivo mensaje que le hacía reír y relajar la tensión que suponía organizar una boda.

Cuando el paquete llegaba a casa me llamaba apresurada. Entre risas me contaba que ya las tenía en la nevera poniéndose bien fresquitas, que pronto esperaba mi visita.

Los momentos compartidos con Marta alrededor de estas cervezas se convirtieron en recuerdos imborrables para las dos. Cada sorbo era una invitación a disfrutar, saborear y deleitarnos en la magia de una cerveza diseñada especialmente para ella.

El pedido fue muy fácil de gestionar, pude elegir entre varios tipos de cervezas, entre ellas su preferida. Las fotos que sabía que le traían buenos recuerdos y los textos para las etiquetas, con frases especiales para Marta. Al final en cada botellín personalizado se saboreaba todo el cariño que había puesto al escoger este regalo.

Si tienes que hacer un regalo, celebrar una fiesta, o simplemente agradecer a alguien de una forma creativa y memorable lo importante que es para ti; te animo a que personalices una tú, es la mejor forma de acertar con un regalo que dejará huella.

Por cierto, Marta sigue conservando sus botellines de cerveza personalizados (ahora vacíos). Ella que es toda una manitas los ha reutilizado para hacer un estante para vinilos.

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